Cuento El picador de piedra – 1
Había una vez un picador de piedra que vivía en una aldea muy remota en Japón. Todos los días se levantaba de madrugada y subía a una montaña a picar piedra para vender. En esa misma montaña, habitaba un genio que concedía deseos, pero el picador de piedra no creía en esas historias.
El picador de piedra vivía contento y nunca deseó más de lo que tenía, hasta que un día fue a entregar unas piedras en la mansión de un comerciante muy rico.
— ¿Cómo es posible que alguien viva en una casa así? Yo también quiero ser rico —dijo en voz alta el picador de piedra.
Al haberlo escuchado desde lo lejos, el genio de la montaña replicó:
—Tu deseo ha sido concedido, eres rico.
El hombre no supo de dónde provenía la extraña voz, así que pensó que debió haberla imaginado.
Cuál sería su sorpresa, cuando al llegar a su humilde casa, esta se había convertido en una mansión mucho más grande que la del comerciante y estaba llena de cosas aún más hermosas. El picador de piedra estaba muy feliz.
Feliz, hasta que un día miró por su ventana y vio al rey pasar acompañado de sirvientes que cubrían su cabeza con una sombrilla para que no le diera el sol.
— ¡Qué bien vive ese hombre! Quisiera ser rey como él —dijo el picador de piedra.
Entonces la voz del genio de la montaña le dijo:
—Tu deseo ha sido concedido, eres rey.
Y su enorme casa se transformó en un palacio lleno de sirvientes, pero él se sentía infeliz porque hacía mucho calor y no importaba si los sirvientes lo abanicaban con hojas de palmera o cubrían su cabeza con una sombrilla. Esto lo molestó mucho y dijo:
—¿Cómo es posible? El sol es más poderoso que yo. ¡Quiero ser el sol!
La voz del genio de la montaña le respondió:
—Tu deseo ha sido concedido, eres el sol.
P/ Arbol ABC