Cuento Peter Pan -4

Aquella aventura hizo que Peter se hiciera muy amigo de los indios pieles rojas, pues le estaban agradecidos por haber salvado a la princesa Tigridia y prometieron defenderlo con sus arcos y flechas del ataque de los piratas.

Una noche estaba Wendy contando a los niños su cuento de antes de ir a dormir cuando habló de las madres, de lo buenas y atentas que son con sus hijos. Peter no estuvo de acuerdo con las ideas de Wendy y discutió con ella y al mismo tiempo los hermanos de la muchacha empezaron a sentir nostalgia por lo que entre todos decidieron que había llegado el momento de volver a casa.

– Nos iremos esta misma noche – contestó tajante Wendy

Los Niños perdidos se sintieron muy tristes al oír esto y decidieron que se irían con ella. No así Peter, que de ninguna manera quería abandonar el país de Nunca Jamás. Al menos se preocupó porque Campanilla y los pieles rojas acompañaran a los niños por el bosque en su camino de vuelta a Inglaterra.

Pero en su camino de vuelta surgieron nuevas complicaciones. Los piratas estaban al corriente de que iban a pasar por allí y los esperaban encaramados a los árboles del bosque. Los niños, y tampoco Peter Pan, se podían esperar algo así, así que los cogieron desprevenidos.

Mientras tanto Garfio acudió a la guarida secreta de Peter, donde el muchacho pasaba el tiempo en soledad haciendo ver que no le importaba haberse quedado solo. El pirata y se escondió dentro de un tronco y esperó a que Peter se durmiera para echar en un vaso que tenía el muchacho junto a su cama un poco del veneno secreto y mortal que siempre llevaba consigo. Esta vez conseguiría acabar con él.

Pero en mitad de la noche Campanilla llegó para contarle a Peter lo ocurrido y advertirle de que sabía que el capitán Garfio le había echado veneno en su vaso. Así que Peter salió veloz con sus armas dispuesto a rescatar a los niños.

Deja tu Comentario

comentarios