Cuento Infantil Las Hadas

Habia una vez una viudaque tenia dos hijas.  La mayor se parecia a su madre, tanto en su caracter como en su fisico.  La menor, una joven hermosa, era igual a su padre, tanto por su dulzura como por su bondad.

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Como suele suceder que la gente ama mas a quien se le parece, esta madre amaba y consentia mas a la hija mayor, por lo que hacia  trabajar sin cesar a la hija menor.

Un dia que la mas chica estaba en el pozo, se le acerco una pobre anciana pidiendole agua para beber.

-Sera un gusto darle agua, señora – dijo la hermosa joven el momento que inclinaba la jarra para darle de beber.

-Eres tan bella, tan buena y tan amable que lo menos que puedo hacer en agradecimiento es otorgarle un don -dijo la anciana, quien realmente era una hada disfrazada, que deseaba conocer la magnitud de la gentileza de la joven y continuo diciendo:  por cada palabra que pronuncies saldra de tu boca una flor o una piedra preciosa- exclamo el hada.

Cuando la hermosa joven regreso a casa, la madre la reprendio por haberse demorado tanto.

-Perdon, madre- dijo la joven- y al decidir estas palabras, de su boca salieron rosas,  perlas y diamantes.

-¡Que es lo que veo! ¡ De tu boca salen perlas y diamantes!

¿Como haces eso?- dijo la madre asombrada.

La joven le conto ingenuamente lo sucedido y mientras lo hacia, de su boca salian mas piedreas preciosas.

-¡Tengo que enviar a mi otra hija! – exclamo la madre. Y asi lo hizo, no sin antes darle todas las instrucciones.

La hija menor tomo el mas hermoso jarro de plata y fue al pozo pero, como siempre, iba refunfuñando.

Y cuando iba llegando al lugar vio salir del bosque a una dama magnificamente vestida, quien le pidio de beber.

Era la misma hada que le habia aparecido a la hermana, pero ahora lo hacia disfrazada de reina, y  le pidio agua.

Ante esto, la joven le dijo en tono orgulloso:

-No he venido aqui a darle de beber a una reina, asi que saque el agua usted misma si quiere.

-Como no eres servicial ni amable, te otorgare como don que por cada palabra que digas, salgan de tu boca serpientes y sapos.

-Y bien, hija mia?

-¡Y bien, madre mia!- respondio la niña, lanzando viboras y sapos.

Al ver lo ocurrido, la madre reprendio a la hija menor y la hecho de casa.

La joven huyo al bosque y alli encontro al hijo del rey, quien al verla llorar se acerco para saber lo que le ocurria.

Ella le conto toda su aventura y mientras la hacia salieron de su boca perlas y diamantes.  El principe se maravillo, y como era tan hermosa, se enamoro de ella.

Sin embargo, supo que la joven valia mas que cualquier don que tuviera , asi que la llevo al palacio, se casaron y vivieron felices por siempre.

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