El niño que quería enseñar a leer a su perrita- 1

Había una vez un niño, de nombre Naim, que quería llevar a su perra Luda a la escuela para que aprendiera a leer. La maestra le dijo que al colegio no podían ir animales y le dijo que si quería que la perrita aprendiera a leer tendría que enseñarle él mismo.

Naím decidió que así lo haría y, cuando llegaba del colegio, se sentaba con Luda y le enseñaba a leer. Pero la perrita no tenía ganas de sentarse a ver libros. Lo que le apetecía era salir a correr al parque detrás de la pelota o ir al campo a enterrar huesos y coger palos.

Naím estaba cada día más triste porque Luda no quería leer con él y le estropeaba los libros cuando se los enseñaba. Y Luda cada día se mostraba más nerviosa porque apenas salía a correr.
Un día la maestra le preguntó a Naím por qué estaba tan triste y de tan mal humor. Naím le contestó:
– Luda no quiere aprender a leer, sólo quiere salir a la calle a jugar.
– Pero Naím, eso es normal -dijo la maestra -. A los perros les gusta correr y jugar. La lectura es para las personas.
– Pero señorita Lucía -dijo uno de los niños dirigiéndose a la maestra -, a mí también me gusta jugar y correr, y no soy un perro.

Toda la clase estalló en una carcajada. Incluso Naím se echó a reír.
– Tienes razón, Alfonso -dijo la maestra cuando todos se calmaron-. A lo mejor si Naím saliera a jugar y a correr con Luda la perrita tendría más interés por aprender a leer.

Cuentos Cortos

Eva María Rodríguez

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