El perrito que no podía caminar -1
Bo era un perrito muy alegre y juguetón que no podía caminar desde que nació porque tenía una parálisis en las patas traseras. Amina, una niña que lo vio al nacer, convenció a sus papás para llevarlo a casa y cuidarlo para evitar que lo sacrificasen.
Bo y su pequeña dueña Amina jugaban mucho juntos. El perrito se esforzaba por moverse usando solo sus patas delanteras y, puesto que no podía saltar y apenas moverse, ladraba para expresar todo lo que necesitaba. A pesar de las dificultades, Bo era un perro feliz que llenaba de alegría y optimismo la casa en la que vivía.
Un día los papás de Amina llegaron a casa con Adela, una niña de la edad de Amina que iba vivir con ellos una temporada. Cuando Bo la vio se arrastró enseguida a saludarle y a darle la bienvenida con su alegría de siempre. Pero Adela lo miró con desprecio y se echó a llorar.
Bo no se rindió e intentó hacer todas las tonterías que sabía para hacerla reír, pero no nada funcionaba y Adela no dejaba de llorar.
– No te preocupes, Bo- decían los papás de Amina-. Adela está triste porque viene de un país muy pobre que está en guerra y ha sufrido mucho. Está triste porque ha tenido que separarse de su familia.
Bo pareció entender lo que le decían, porque se acercó a Adela y se quedó con ella sin ladrar ni hacer nada, sólo haciéndole compañía.
La tristeza de Adela fue poco a poco inundando la casa. Todos estaban muy preocupados por ella, porque no eran capaces de hacerla sonreír ni un poquito.
Pasaron los días y Bo no se separaba de Adela, y eso que la niña lo intentaba apartar y huía a esconderse cuando lo veía e incluso protestaba cuando Bo intentaba jugar con ella.