Aventuras de un enemigo de Halloween -1

Cuento

La gente piensa que Halloween asusta a los niños, pero hay alguien muy famoso a quien le da mucho más miedo: el ratoncito Pérez. Y es que todos los dulces de Halloween acaban en las bocas de los niños, que olvidan lavarse los dientes, que se les van estropeando… Y para cuando se los tiene que llevar el ratón, están hechos un desastre.

Por eso Pérez decidió viajar a la tierra de los monstruos para detener aquella locura de dientes enfermos. Sin embargo los monstruos no estaban dispuestos a quedarse sin la única oportunidad en que podían acercarse a sus amigos los niños. Cualquier otro día del año, si un monstruo de verdad se acercaba a un niño se montaba una buena…

El ratoncito Pérez tampoco iba a renunciar, y decidió cargarse la fiesta de Halloween. Un año pensó:

– Daré la vuelta a los carteles que indican el camino hacia las ciudades. Así los monstruos se perderán.

Pero resultó que los monstruos ni siquiera los miraban porque no sabían leer. Otro año dijo:
Ya sé, llevaré miles de ovejas golosas para que se coman las golosinas que guardan los monstruos para la fiesta.

Y lo consiguió. No dejaron ni una, pero comieron tantos dulces que se volvieron ovejitas de caramelo. Y los monstruos las repartieron por el mundo con tanto éxito que el ratoncito Pérez tuvo la peor cosecha de dientes de su vida.

Para la siguiente ocasión, preparó un plan muy arriesgado

– Ayudaré a escapar de la cárcel a los monstruos más malvados y que peor tratan a los niños. Darán tanto miedo que nadie querrá otro Halloween.

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