La mentira de María- Parte 1

Cuento con Valores.

A María la mentira le hacía sentir un poco mal,

Las mentiras no son buenas, pero a veces nos podemos sentir tentados por decir una muy pequeña. Y es que a veces las mentiras parece que pueden salvarnos de alguna que otra regañina y sacarnos de problemas en unos segundos, facilitando así muchas cosas, como por ejemplo el hecho de recibir regalos, dulces o mimos.

Pero lo que es verdaderamente cierto, amiguitos, es que las mentiras tienen las patas muy cortas, y siempre se descubren y convierten una pequeña situación incómoda en un problema muy grande, sin contar que a menudo lastimamos a los demás al decir mentiras y ya nadie confía en nosotros por engañar. Y esa dura lección fue la que tuvo que aprender una niña llamada María, gracias a una terrible mentira que la metió un día en un problema muy grande.

La historia comienza en un día cualquiera en la escuela cuando María, que era muy traviesa y le gustaba mucho hacerle bromas a sus compañeros, hizo que su amiga Tania llorara, se enfadara con ella y le contara a la profesora su travesura. Entonces la maestra habló con María seriamente y le dijo que llamara a sus padres, que quería hablar con ellos al día siguiente en la escuela:

Oh, eso no podrá ser de momento­ -contestó María ideando una mentira para escapar de la situación‑, mamá ha estado un poco delicada de salud y papá la tiene que cuidar.

Inmediatamente la maestra se preocupó y preguntó a María que era lo que tenía su madre:

No estoy muy segura, pero no puede levantarse de la cama y papá no puede dejarla, solo para ir al trabajo– respondió María.

Al día siguiente, a la hora de pasar lista, la maestra muy atentamente preguntó a María si su madre ya se encontraba mejor, a lo que ella respondió:

Muy mal, no creo que pueda venir a la escuela estos días.

Una respuesta que alarmó mucho a sus compañeros de clases, que fueron muy atentos con ella colmándola de atenciones para animarla.

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