La mentira de María- Parte 2

Cuento con Valores.

A María la mentira le hacía sentir un poco mal, pero en el fondo le gustaban mucho los dulces y los mimos, por lo que no había mal que por bien no viniera y decidió mantener la mentira durante bastante tiempo.

Al igual que una bola de nieve rodando, cada vez la mentira se hacía más grande y todos pensaban que la mamá de María estaba muy mal en casa, por lo que se sentían muy preocupados por ella.

Sin embargo, como siempre pasa con las mentiras, finalmente la verdad salió a la luz el día que la maestra de María se encontró con la mamá en el supermercado. Cuando la maestra de María preguntó preocupada por su salud, la madre respondió:

No he estado enferma desde hace mucho tiempo… ¡estoy tan fuerte como un roble!

Aquella frase dejó al descubierto la fatal mentira de María.

Al día siguiente, y como siempre cuando se pasaba lista, la maestra preguntó por su mamá a María y la niña contó lo mal que estaba, como venía haciendo desde semanas atrás.

¿En serio, María? – Preguntó la maestra muy molesta.
Sí – Respondió la niña algo confundida.

Tras aquella respuesta la maestra se levantó y salió del salón. Cuando volvió la sorpresa fue enorme para todos, pues la mamá de María entró en el aula detrás de ella. Parecía muy disgustada, y en aquel momento la maestra aprovechó la oportunidad para enseñarles una lección importante a todos:

Las mentiras son malas y tienen las patas muy cortas. Lastiman a quienes más queremos y terminan empeorando una situación, porque la verdad siempre sale a la luz, no importa cuánto tarde.

Ningún compañero se dio cuenta de lo que había pasado, pues pensaron que por fin la mamá de María se había curado, pero aprendieron también aquel día que las mentiras nunca son una buena opción.

María, por su parte, que sí sabía muy bien de que hablaba su maestra, se acercó a pedir perdón a su mamá y a su profesora al término de la clase comprometiéndose a no decir mentiras nunca más. Aquel apuro había sido una lección suficiente para María, que vio en la cara de su mamá la realidad de que lastimar a alguien con una mentira no vale nada la pena.

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