El duende avaricioso -1

Tin era un duende muy travieso que vivía en una pequeña casa en el campo. Cerca había una fuente junto al camino que llevaba a la ciudad. A Tin le gustaba mucho asustar a los viajeros que pasaban por allí y se detenían a beber agua de esa fuente.
A Tin se le ocurrió que, en vez de asustarlos, podía pedirles algo a cambio de beber agua de la fuente. Así no tendría que trabajar para comer. Y eso fue lo que hizo. Cuando alguien se detenía a beber agua, Tin salía de detrás de la fuente, se ponía delante del caño y le pedía algo de comer a cambio de dejarle beber. La gente que paraba solía estar muy sedienta así que accedían sin discutir a las peticiones del duende.

Poco a poco Tin se dio cuenta de que podía pedir dinero en vez de comida. De modo que cada vez que alguien se paraba a beber, Tin le pedía una moneda de plata a cambio de dejarle coger agua de la fuente.

Un día de mucho calor paró en la fuente una familia con dos niños pequeños que llevaban horas sin beber nada, pero que no tenía dinero para pagar a Tin.

-¡Si no tenéis una moneda de plata no podréis beber de esta fuente! -dijo el duende con voz firme.
-Volveré y te pagaré el doble, pero deja que mis hijos beban un poco de agua -dijo el padre de los pequeños.
-Está bien, pero tendrás que dejarme a uno de ellos hasta que vuelvas -respondió el duende -. Así sabré que realmente me vas a pagar, que no me fío de ti.
El padre dejó al mayor de los hermanos con el duende y se marchó.

Cuando volvió el padre con las dos monedas, Tin fue a entregar al niño y se tropezó con una piedra enorme. Se golpeó tan fuerte la cabeza que casi no podía ni moverse.

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